CON DIEZ CAÑONES POR BANDA…
El cómic y el cine han consagrado a Robert E. Howard como el creador del héroe bárbaro por excelencia. Pero a lo largo de su carrera como autor pulp, el autor texano tocó todos los palos: aventuras medievales, epopeyas de vikingos, exóticas intrigas orientales, divertidas historias de boxeo, tenebrosos cuentos de terror… y varios relatos de piratas, por los que sentia fascinación desde niño tras una temprana lectura de La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson.
En este libro el lector encontrará cinco relatos y seis poemas que, además de mostrar de forma contundente esa mezcla de aventura sin pausa y relato descarnado y sin concesiones en la que Howard era un maestro consumado, son un excelente muestrario de cómo trataba la narración de aventuras navales.
Son historias de supervivencia en un mundo que no concede respiro, algo que se palpa especialmente en los dos relatos de Vulmea el Negro. En ritmo, ambientación y atmósfera, nada tienen que envidiar a sus creaciones más famosas, y los personajes que aparecen en ellos, si bien parten de estereotipos unidimensionales, son bastante más complejos de lo que puede parecer a primera vista y acaban dejando huella en el lector.
Yazar hakkında
Vital, sombría, desbordante, vibrante, la obra de Howard se parece mucho a su creador, que se movió fundamentalmente por el circuito de revistas pulp en los años treinta del siglo XX y creó centenares de relatos de aventuras, misterio y fantasía.
Howard tocó prácticamente todos los géneros de la narrativa popular y en casi todos ellos brilló con luz propia, aunque Conan el cimerio es su creación más famosa. Su obra, tanto en prosa como en verso, es ingente, y buena parte de ella ha sido publicada de forma póstuma.
Junto con Howard Philips Lovecraft y Clark Ashton Smith formó los llamados «Tres Mosqueteros de Weird Tales», y su importancia para el desarrollo de la literatura fantástica contemporánea es fundamental.
Algunos estudiosos, como Patrice Louinet, consideran que Howard inventa la fantasía moderna con los relatos «El reino de las sombras», donde crea el personaje de Kull, y «Sombras rojas», en el que hace su aparición Solomon Kane.