Sí, voy a tener que matarla
Janie
Cuando falleció mi padre, supuse que mi duelo sería tan sencillo como cerrar un libro y empezar otro. Pero él tenía otros planes.
Al dejarme su amada tienda de tatuajes, me vi obligada a decidir qué hacer exactamente con ella, sin dejar de recordarle constantemente.
Venderla era la opción más fácil, pero después de oír a algunos de los artistas eufóricos ante la idea porque juraban que la arruinaría si me hacía cargo, y de leer la letra pequeña del testamento de mi padre, estoy decidida a demostrarles que se equivocaban.
El único problema es Fox.
Es arrogante, egocéntrico y grosero, y hace todo lo que está en su mano para demostrar que sus palabras son ciertas.
Por desgracia para él, nunca me han asustado los retos.
Fox
Se suponía que Hel’s Ink iba a ser mío, pero, tras la muerte de mi mentor, me enteré de que tenía otros planes en mente.
Dejar la tienda en manos de alguien como Janie fue una mala idea. Claro que ella puede hacer que se vea bien en la superficie, pero hay más para ejecutar este lugar que los mensajes de las redes sociales y un poco de pintura. Somos una familia y ella no es bienvenida.
Además, cuanto más tiempo está aquí, más difícil me resulta creer mis propias palabras.
Es demasiado joven para mí y demasiado complicada, pero no puedo evitar preguntarme qué pasaría si cediera.
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