Las doce joyas imaginativas que componen La espada de Welleran suponen una de las cimas narrativas de Dunsany, quien aquí conjuga con maestría el colorido oriental, la forma helénica, las tinieblas teutónicas y la melancolía celta. Estas páginas nos trasladan a parajes que se antojan dulces y plácidos, otras tantas lúgubres y siniestros, pero siempre fascinantes e inesperados.
Este volumen pone en manos de los lectores dos libros en uno: por un lado, una cuidadísima edición de la traducción de Rubén Masera, acompañada de las ilustraciones originales que el propio Dunsany encomendara a Sidney Herbert Sime para la primera edición de 1908, junto con un prólogo a cargo del maestro S. T. Joshi escrito ex profeso para Perla Ediciones; por otro, he aquí «Dunsany, o la belleza», erudito ensayo de William F. Touponce traducido por vez primera al español que muestra el poder de la ficción fantástica para expresar las abyecciones y los horrores de la modernidad.
«Lord Dunsany es insuperable en el sortilegio de una prosa musical y cristalina, y supremo en la creación de un mundo maravilloso y lánguido de visiones exóticas e iridiscentes […] Su punto de vista es el más genuinamente cósmico y sus cuentos conforman un elemento único en nuestra literatura.»
H.P. Lovecraft
«La espada de Welleran demuestra por qué los relatos de la obra temprana de Dunsany han cautivado a generaciones de devotos de la fantasía, incluidos aclamados autores como Clark Ashton Smith, J. R. R. Tolkien y Ursula K. Le Guin. Su rango imaginativo, su dominio de la prosa poética y la fluida creación de reinos de belleza y terror, sean reales o imaginarios, consolidan a Dunsany como el más grande escritor de fantasía de su generación.»
S.T. Joshi
Про автора
Lord Dunsany, vástago de una familia angloirlandesa cuyas raíces pueden trazarse hasta el siglo XII, nació en Londres en 1878. En 1905 publicó Los dioses de Pegaña, tras cuya buena recepción publicó varias antologías de relatos, entre las cuales se encuentran Cuentos de un soñador (1910) y El libro de las maravillas (1912). También destacó como dramaturgo y sus primeras puestas en escena tuvieron éxito en Irlanda, Inglaterra y Estados Unidos. Resultó gravemente herido durante las revueltas de Dublín en 1916 y también estuvo en el frente durante la Primera Guerra Mundial. En 1920 comenzó a escribir novelas, entre las que se cuentan La hija del rey del País de los Elfos (1924) y La bendición de Pan (1927). Murió en el castillo Dunsany en Irlanda, en 1957. Es uno de los principales impulsores de la literatura fantástica y su influencia fue decisiva en escritores de la talla de J. R. R. Tolkien, H. P. Lovecraft, Arthur C. Clarke, Jorge Luis Borges y Ursula K. Le Guin.