Finales de los años setenta. Chabot, una pequeña localidad rural del sur de Mississippi. Larry es un adolescente solitario y triste que se pasa todo el día encerrado en su cuarto leyendo libros de Stephen King. Su padre, dueño del taller en la carretera 11, dice que es un negado para la mecánica. Una mañana, camino del colegio, recogen en la carretera a una mujer negra y a su hijo, Silas, que, desde hace unos días, viven como refugiados en una cabaña de caza en mitad del bosque. Los dos adolescentes, pese a tenerlo todo en contra, clase, raza y modo de vida, forjan un fuerte vínculo de amistad. Sus vidas cambian la noche en que Cindy Walker desaparece y nunca vuelve a saberse de ella.
Más de veinte años después, Larry, condenado al ostracismo, lleva una existencia solitaria a cargo del viejo taller de su padre. Silas ha regresado después de una prolongada ausencia y se ha convertido en el alguacil del pueblo. Cada uno lleva su vida como buenamente puede. Silas ve a Larry de vez en cuando al pasar con el coche por delante del taller de camino a cualquier otra parte. Procura que sus miradas no se crucen.
Pero los dos viejos «amigos» se verán obligados a retomar el contacto y a confrontar un doloroso pasado. Los buitres han hallado en el río el cadáver descompuesto de un conocido camello de poca monta y acaba de desaparecer otra chica.
Про автора
Tom Franklin (1963) nació y se crió en Dickinson, una comunidad no incorporada del condado de Clarke, en la zona central del sur de Alabama, no muy lejos de Monroeville, hogar de Harper Lee. Alguien le dijo una vez que un pueblo es donde para el tren. En Dickinson no paraba. Apenas 300 habitantes y dos iglesias baptistas, una para negros y otra para blancos. Muchos rifles y cazadores furtivos. Mal sitio si no te gusta matar. Algo parecido al villorrio de Faulkner. Infancia de jugar en la espesura y tratar de huir con la imaginación de las cosas que sangran: cómics de Marvel y DC. Espacio: 1999 y Galáctica Estrella de Combate. Edgar Rice Burroughs y Conan el Bárbaro. Familia muy devota, pentecostales que manifiestan su fe con curaciones milagrosas y hablando en lenguas desconocidas, «todo menos la manipulación de serpientes». Franklin recuerda que para protegerse del pecado, tuvo que arrojar a las llamas su preciada colección de libros de Tarzán.
En el colegio y en el instituto, malas notas. Pésimo en álgebra. Stephen King. Luego trabajos duros. Operador de maquinaria pesada en una fábrica de arena. Inspector de residuos tóxicos en una planta química. «Trabajar años como una mula para dueños millonarios de fábricas en Detroit, mal pagado, sudando, respirando polvo de sílice, junto a hombres de espaldas arruinadas que heredaron el trabajo de sus padres y que jamás consideraron la posibilidad de ir a la universidad, hombres muy dados al insulto racista». De noche empleado en el depósito de cadáveres de un hospital, de día asistiendo a clases de escritura creativa en la Universidad del Sur de Alabama. En 1998 conoce a su esposa, la poeta Beth Ann Fennelly. Al año siguiente gana el prestigioso premio Edgar Award por el relato «Furtivos» y publica su primer libro. James Franco ha comprado los derechos para adaptar al cine tres de sus obras. El tren sigue sin parar en Dickinson.