Dios requiere de los padres que eduquen a sus hijos para que lo conozcan y respeten sus derechos; es decir, deben educar a sus pequeños, como los miembros más jóvenes de la familia del Señor, para que adquieran belleza de carácter y disposición amable, con el fin de que san aptos para brillar en las cortes celestiales. Con una labor realizada a conciencia, los padres tendrán el privilegio de llevar a sus hijos consigo a las puertas de la ciudad de Dios y decir: ‘He procurado instruir a mis hijos para que amen al Señor, para que hagan su voluntad y lo glorifiquen’. Entonces las puertas se abrirán para ellos, y entrarán los padres y los hijos.
Giới thiệu về tác giả
Elena G. de White escribió más de un centenar de libros. Es una de las escritoras más traducidas del mundo. Durante toda su vida, exaltó a Jesucristo y señaló la Biblia como la base de su fe.