La ‘Autobiografía de San Ignacio de Loyola’ ofrece un relato introspectivo y profundo de la vida del fundador de la Compañía de Jesús, escrito en un estilo directo y personal. Este texto, redactado entre 1553 y 1556, refleja no solo la vida de Ignacio, sino también el contexto religioso y social del siglo XVI, marcado por la Reforma y la contrarreforma. A través de una narrativa apasionada, Ignacio revela sus luchas espirituales, experiencias místicas y el desarrollo de su vocación, al mismo tiempo que se presentan los primeros pasos de la orden Jesuita. Su prosa clara y elocuente logra transmitir la intensidad de su fe y el fervor que lo llevó a la acción misionera y educativa. Ignacio de Loyola, nacido en 1491 en el País Vasco, fue un soldado convertido en místico tras una grave herida en batalla. Su búsqueda de una vida espiritual auténtica lo llevó a estudiar y reflexionar profundamente sobre la fe, lo que culminó en la fundación de los Jesuitas y en la redacción de sus ‘Ejercicios Espirituales’. Este trasfondo biográfico y su compromiso con la educación y la evangelización marcan su visión y propósito en la ‘Autobiografía’, un legado espiritual que invita a la contemplación en medio de los desafíos de su tiempo. Recomiendo encarecidamente la lectura de este texto a aquellos interesados en la espiritualidad cristiana, la historia de la Iglesia y la psicología de la fe. La obra no solo ofrece una perspectiva única sobre la vida de un santo, sino que también invita a los lectores a reflexionar sobre su propia relación con la espiritualidad y el servicio. La profundidad del pensamiento ignaciano y su relevancia moral continúan resonando en la actualidad, convirtiendo esta autobiografía en una lectura perdurable.
