Triunfo de los santos de Pedro de Morales se concibió como parte de los grandes festejos que se celebraron en México el 2 de noviembre de 1578, con motivo de la llegada a la Catedral de unas reliquias procedentes de Roma.
El argumento de la obra responde a un tema clásico del teatro jesuítico en toda España: las persecuciones que sufrieron los cristianos y el triunfo final de la Iglesia.
Siguiendo el hilo habitual de la acción, se exponen al comienzo de la obra los motivos que impulsan al Emperador Diocleciano a acabar con los cristianos. A continuación se narra la persecución y martirio de éstos. Y finalmente se refiere la conversión de Constantino al cristianismo, tras la muerte de su antecesor.
Un tema, en definitiva, muy cultivado por la literatura religiosa y en cuyo tratamiento apenas encontramos desviaciones con respecto a piezas de la misma temática elaboradas en toda Europa.
El carácter innovador del Triunfo de los santos se aprecia en el aspecto formal. Pedro de Morales distribuye la pieza en cinco actos y la estructura tripartita, compuesta por introito, obra y canción, evidencian un claro influjo del drama italiano de la primera mitad del XVI. Morales se revela como un profundo conocedor de la «vanguardia» literaria del momento.
La abundancia de versos endecasílabos y de combinaciones italianizantes, junto a los ecos de Garcilaso colocan a la tragedia en un lugar destacado dentro de las nuevas corrientes poéticas de la época en lengua castellana. Cabe agregar que se trata de algo inusual en un momento en que Hispanoamérica solía recibir con retraso todo lo que llegaba de Europa.
Giới thiệu về tác giả
Pedro de Morales (Valdepeñas, 1538-Murió en la capital de Nueva España en 1614). España.
Pedro de Morales ejerció como abogado en Madrid y en Granada antes de entrar en la Compañía de Jesús en 1570. Partió a la Nueva España con la expedición que incluía a Pedro de Hortigosa para ‘leer las artes y teología’ en el Colegio de San Pedro y San Pablo.
Trabajó como calificador e inquisidor del Santo Oficio y como consultor en el Tercer Concilio Mexicano en 1585.
La crónica de Pedro de Morales no sólo hace una descripción pormenorizada de los diferentes elementos de la celebración; entre ellos música, danzas y adornos indígenas, sino que incluye algunos textos literarios escritos para acompañar la festividad, lo que aporta una valiosa información sobre este tipo de actos públicos.
Vale destacar que en el Virreinato de México la práctica teatral tuvo para la Compañía de Jesús una finalidad ‘catequística’, el drama servía en la labor educativa de la Compañía. Según Ignacio de Loyola se debía de hacer más ameno e interesante el magisterio con la realización de actividades como la rima de versos o la práctica de diálogos recitados.