Solo con mi mujer
Dimitrios Pandakis había jurado que, a diferencia de su hermano, él jamás se dejaría atrapar por el matrimonio, y se había tomado tan en serio su promesa que, a pesar de su fama de rompecorazones, ¡nunca se había acostado con una mujer!
Pero de pronto su nueva secretaria empezó a poner a prueba la firmeza de tal juramento. Con su aspecto sencillo, Alexandra Hamilton se las había arreglado para colarse en el corazón de Dimitrios, y él sabía que solo había una cosa que lo haría sentirse satisfecho: ¡casarse!
Una vida por delante
Zoe debía su vida a la Fundación Giannopolous y quería agradecérselo trabajando para ellos. Ni siquiera había tenido que negociar su puesto con el millonario Vasso Giannopolous. Enseguida se había enamorado no solo de la preciosa isla griega en la que trabajaba, sino también del atractivo magnate que vivía en ella.
Vasso había mantenido su corazón a buen recaudo tras la última traición que había sufrido. Pero el coraje de la guapa Zoe le hizo darse cuenta de que había cosas por las que merecía la pena arriesgarlo todo, en especial por llegar hasta el altar.
Giới thiệu về tác giả
La escritora americana Rebecca Winters es madre de cuatro hijos y vive en Salt Lake City, Utah. Cuando tenía 17 años, estuvo interna en Lausana, Suiza, donde aprendió a hablar francés y conoció a chicas de todo mundo. Al volver a Estados Unidos, Rebecca desarrolló su amor por los idiomas y se licenció en Filosofía y Letras.
Rebecca confiesa que se hizo escritora casi por accidente: ‘Me inicié poco a poco como escritora. Al principio, no me gustaba nada escribir, solamente rellenaba lo impresos obligatorios para el colegio. Si cualquiera me hubiera dicho que iba a ser escritora, y que además me encantaría, yo me habría reído y lo habría encontrado completamente absurdo y ridículo. Escribía cartas a mis padres cuando estaba en el internado con 17 años. Mi madre las guardó todas y un día, después de ser madre por segunda vez, me las envió y me pidió que escribiera mis memorias para ellos. En aquel momento pensé que se había vuelto loca, pero como adoro a mi madre, lo hice tal y como me lo propuso. Cuando había terminado de ordenar todos esos pensamientos de la adolescencia, observaciones y opiniones, las semillas de una historia habían comenzado a formar parte en mi cabeza. La semilla se convirtió finalmente en una novela que se publicó en 1979. Se llamó The living Season, y se publicó bajo el nombre Rebecca Burton. Naturalmente, se desarrolló en Suiza y Francia. Unos años más tarde empecé a publicar con Harlequin. Supongo que la moraleja de esta historia es, ¡nunca infravalores la intuición de una madre!’