en el cuento Las lavanderas nocturnas, George Sand se hace eco del gusto romántico por las leyendas tradicionales y, en especial, las de tinte esotérico. Aunque recoge otras historias, se centra principalmente en una muy trágica: la que narra como las mujeres que han matado a sus hijos se reúnen, tras morir y de noche, en torno a las fuentes para aterrar a los viajeros que pasan cerca.
Se trata, por tanto, de una incursión de la escritora en el género de terror. Sand se sitúa al margen de la historia, como mera narradora pero consigue darle verosimilitud al senalar como un amigo suyo las ha visto en dos ocasiones e incluso en una de ellas le han perseguido.
En suma, nos hallamos ante un texto original dentro de su obra, por completo ajeno a sus novelas, que, como decíamos, se inscriben en géneros distintos.