El gran predicador C. H. Spurgeon dedicó buena parte de su vida a completar su opus magna; un extenso comentario al libro de los salmos que tituló El Tesoro de David. Su valor se halla, además de en su propia exposición versículo a versículo de cada uno de los salmos, en la selección de los mejores comentarios sobre estos, por los Padres de la Iglesia, los Reformadores, los Puritanos, hasta llegar a los comentaristas contemporáneos de su época. Así pues, El Tesoro de David recopila lo mejor que se ha dicho y escrito sobre cada salmo desde el Siglo II hasta finales del Siglo XIX. Este libro con el texto del Salmo 23 tiene como propósito dar a conocer, a modo de ejemplo, la obra magna que recogerá todos los salmos completos y que, Editorial CLIE publicará a partir de Septiembre del 2015 en tres gruesos y extensos volúmenes. Hacer ‘El Tesoro de David’ asequible en versión íntegra y ampliada al mundo cristiano es un sueño, un honor y un privilegio para CLIE. Y el presente libro con el texto del Salmo 23 no deja de constituir, por si mismo, el más completo, profundo y selecto comentario al Salmo 23 disponible en la actualidad.
عن المؤلف
Charles Haddon Spurgeon nació el 19 de junio de 1834 en Kelvedon (Essex, Inglaterra). Su padre y abuelo eran pastores congregacionalistas. Él fue convertido en una pequeña capilla metodista de Colchester, la que asistió casualmente en una tarde de nieve, por estar más cerca de su casa. Convencido por sus propias lecturas bíblicas decidió bautizarse cuando tenía 15 años, pese al disgusto de sus padres que eran paidobautistas. El acto tuvo lugar el 3 de mayo de 1850. Enseguida comenzó a enseñar en la Escuela Dominical. Su fama de ‘niño predicador’ creció por todas partes. En 1851, a la edad de 17 años, fue llamado a pastorear la pequeña iglesia bautista en Waterbridge, y en 1854 recibió una invitación de la importante e histórica iglesia bautista de Nuew Park Street en el sur de Londres, la cual creció tan aprisa que tuvieron que edificar el primer Tabernáculo Metropolitano en 1859. El 8 de enero de 1856 contrajo matrimonio con Ana Thompson y fundó el colegio para predicadores que lleva su nombre. En 1869 creó el Orfanatorio de Stockwell, que aún continua activo. También fundó y sostuvo mediante las ofrenda del Tabernáculo la Temperance and Clothing Association para ayudar a familiar necesitadas a causa del vicio de la borrachera de los padres; así como la Pioneer Mission y la Colportage Association. Como muchos evangélicos de su generación creía que el Evangelio debía aplicarse también a asuntos sociales, políticos, económicos, igual que a la Iglesia, la familia y la vida individual. Apoyó la política liberal del primer ministro británico W.E. Gladstone y enseñó a no dividir artificialmente entre lo sagrado y lo secular. Así es como los evangélicos victorianos, sin ninguna teoría ni teología social se lanzaron como nadie a la labor social. Durante su pastorado la iglesia Tabernáculo Metropolitano llegó a tener 6.000 miembros además de 14.592 convertidos durante su ministerio, que ingresaron en otras iglesias. Predicó asimismo en Escocia (1855), Irlanda (1858) y Ginebra (Suiza, 1860). Hay que tener en cuenta que su propósito no fue ‘reunir una gran cantidad de personas’ en su iglesia, sino ‘que ésta aprenda de verdad cómo orar’. Para él, ‘la oración es el nervio ligero que mueve los músculos de la omnipotencia’. Como maestro del arte de orar enfatizó la necesidad de argumentar con Dios en oración, de persuadirle, de mostrar que se va en serio delante del trono de gracia. En agosto de 1887 comenzó una controversia, conocida como la Downgrade, de difícil traducción, dentro de la Unión Bautista de Inglaterra a causa de la creciente tendencia en los pastores bautistas a aceptar el liberalismo acerca de la inspiración de la Biblia y la historicidad de ciertas partes de las Escrituras. Viendo rechazo por mayoría absoluta sus alegatos contra el modernismo dentro de la Unión, se separó de ésta en octubre de ese mismo año. Su precaria salud le obligó a pasar temporadas en el clima más cálido de Menton (Francia), donde murió el 31 de enero de 1892. Calvinista convencido, se le llamó ‘heredero de los Puritanos’, en cuanto de ellos recibió la base y fundamento del Evangelio de la gracia de Dios en toda sus dimensiones, anchura y profundidad. ‘La antigua verdad que predicó Calvino —escribe—, que predicó Agustín, que predicó Pablo, es la verdad que yo debo predicar hoy, o por el contrario ser un traidor a mi conciencia y a mi Dios. No puedo moldear la verdad; no conozco tal cosa como embotar los filos de una doctrina.