‘Lou Andreas-Salomé fue una mujer atrevida: en su pensamiento, en sus escritos, en su vida. De ella, sin embargo, persiste la mística que se creó alrededor de las relaciones que mantuvo con hombres célebres –Nietzsche, Freud, Rilke–. Su amplia y diversa obra, sobre todo la narrativa, ha permanecido en las sombras; desconocida, o inhallable, o sin traducción. En 1898 publicó dos relatos: Fenitschka y Un desvío. En estos textos se aproxima a conceptos que más tarde serán fundamentales para el psicoanálisis: los sueños y el inconsciente, la pulsión y el goce. También son exponentes de uno de los movimientos feministas que surgía a finales del siglo XIX: las mujeres que retrata se debaten entre el amor romántico –abnegado, sacrificial, servil; o como ella misma escribe: «algo más oscuro, más pulsional, más siniestro»– heredado de largas generaciones, y otro tipo de amor que logran vislumbrar contra todo mandato; aquel que les permitiría una vida libre, creativa, propia. Lou, al igual que sus protagonistas, no se resignó a quedar atrapada en esa «larga cadena de sumisiones». Este libro, con una traducción actualizada de Micaela van Muylem, nos presenta a Lou Andreas-Salomé en su esplendor. Ni musa ni discípula, ni amante ni esposa: una escritora aguda y sensible que logra capturar y retratar lo que bulle en los lazos amorosos de su época; una mujer que intuye el desvío como gesto de atrevimiento necesario para producir una nueva vida y un nuevo lenguaje’ (María Magdalena).
Circa l’autore
Lou Andreas-Salomé, escritora y psicoanalista rusa, nació en San Petersburgo en 1861. A los 17 años comenzó sus estudios de teología, filosofía, religión y literatura. Luego viajó a Zurich para asistir a la universidad; Suiza era el único país de habla germana donde las mujeres podían cursar una carrera universitaria. En 1885 publicó su primer libro: En la lucha por Dios, con el seudónimo de Henry Lou. Su obra incluye poesía, quince novelas, una autobiografía –Mirada retrospectiva, publicada de forma póstuma en 1951– y diversos ensayos, entre ellos Personajes femeninos de Henrik Ibsen (1892), Friedrich Nietzsche en sus obras (1894) y Rainer Maria Rilke (1928). Como psicoanalista, participó del Círculo de Psicoanalistas de Viena, ejerció su práctica en Alemania y escribió numerosos artículos sobre el narcisismo y la sexualidad femenina, destacándose El erotismo (1910). Murió en Gotinga, Alemania, en 1937. Al poco tiempo, la Gestapo confiscó y quemó su biblioteca.