El pueblo, escribe el autor, dotado de un alma y un instinto inalienables, no puede ser abarcado por las estadísticas ni por los economistas, ni suplantado por los políticos. Tampoco los escritores románticos supieron dar cuenta del espíritu del pueblo francés. Ese papel está reservado al historiador que conoce el espíritu de sacrificio, el heroísmo, la capacidad de acción, el sentido común y otras virtudes de los obreros y campesinos, que Michelet consideraba atributos soberanos, superiores a cualquier otro adquirido por medio de la cultura, y sobre las que discurre en este clásico publicado originalmente en 1846 que ahora se integra a la colección Conmemorativa del FCE.
Despre autor
1798-1874. Historiador francés. Jefe de la sección de historia de los archivos nacionales, sus investigaciones versaron principalmente sobre la historia de Francia. Sus obras se expresaron en un estilo poético en el que no faltó la erudición documental