La Patosofía es el último tomo de las obras completas de Viktor von Weizsäcker que, en su totalidad, abarcan diez volúmenes. Fue escrita cuando el autor ya tenía una edad avanzada y se trata de una elaborada síntesis de su pensamiento original y revolucionario. Incluye las reflexiones finales de sus experiencias clínicas y sus profundas ideas teóricas con respecto a la reformulación de la medicina a partir de sus mismas bases.
A lo largo de toda la obra, Weizsäcker cuestiona la pretendida objetividad de las ciencias científico-naturales y postula la necesidad de un replanteo de sus supuestos fundamentales y la superación de las proposiciones tecnicistas, mecanicistas y causalistas que sostienen dichas ciencias.
El libro consta de cuatro partes: la primera abarca sus reflexiones acerca de lo óntico (lo que existe) y lo pático (lo que está siendo, lo que se siente y se padece); la segunda consta del proyecto para una teoría general de la enfermedad. La tercera es un proyecto para una teoría especial de la enfermedad. Estas tres partes reflejan la crítica al sistema médico vigente y el intento del autor de encontrar nuevas conceptualizaciones y clasificaciones para las enfermedades, que incluyan el aspecto humano del hombre y la comprensión tanto de su padecer anímico como del corporal. La cuarta parte contiene reflexiones acerca de una serie de temas fundamentales, como la sexualidad, la muerte, el dolor, el sueño, la conciencia, la religión y otros.
Circa l’autore
Viktor von Weizsäcker nació en Stuttgart el 21 de abril de 1886 y murió en Heidelberg el 8 de enero de 1957. Estudió fisiología con Johannes von Kries en Freiburg, y se formó en el ámbito de la clínica médica con Ludolf von Krehl en Heidelberg. Junto con su formación en medicina, tuvo desde siempre un profundo interés por la religión y la filosofía. El estudio de la filosofía de Kant a Hegel junto a Wilhelm Windelband se convirtió para él en una ‘doble vida como médico y estudiante de filosofía’. Aquí tienen sus fundamentos la idea del Círculo de la Forma y la Medicina Antropológica.
También el psicoanálisis fue para él una disciplina de trascendental importancia. En 1926 visitó a Freud en Viena. A pesar de que los acontecimientos de la segunda guerra perturbaron el contacto entre ambos, Weizsäcker se mostró siempre firmemente convencido de los principios básicos del psicoanálisis de Freud.
En los comienzos de la segunda guerra mundial es trasladado a Breslau, con el objetivo de hacerse cargo de una cátedra en Neurología y como director del Instituto de Investigación Neurológica. En el semestre 1945/46 ocupa la cátedra de Fisiología en la Universidad de Heideberg y en 1946 es invitado a la cátedra de Medicina Clínica General en el Hospital de Clínicas.